
Su trabajo artístico era un "trazo en absoluto convencional" en las paredes de bares y cantinas. Se le describe como un "artista de talento" cuya "marginalidad dolorosa" propiciaba un "contacto vivo, inmediato, con el arte, por parte de un público que suele pasar su vida sin trasponer las puertas de museos y galerías de arte." Esto claramente describe a un artista cuya obra se exponía de manera "ambulante" o accesible en espacios cotidianos, fuera de las galerías tradicionales.